Que alguien diga aún, en este
momento de la interesante película, que no existe consenso social en torno a la
instalación del ATC en Villar de Cañas es increíble o no querer ver la
realidad. Existe un consenso social tremendo para que BAJO NINGÚN CONCEPTO se
instale dicho armatoste radioactivo en nuestra provincia.
Y es que la población de la
provincia de Cuenca está tomando conciencia de lo que significa para nuestro
futuro dicha instalación. No redundaré, una vez más, sobre el tema de lo
tremendamente perjudicial que será para nuestras economías, en el mejor de los
casos, y nuestras economías y salud, si algo saliera mal.
El sábado pasado vimos como medio
millar de personas crearon una cadena humana por la ciudad de Cuenca. Jóvenes y
mayores, sin duda, pero también personas de distinta ideología, de distintas
comarcas de la provincia, de distinto nivel económico, profesión, parados y
acaudalados, etc… Incluso los enfrentados por otras cuestiones, se daban la mano.
Vimos como los conquenses tienen muy claro que el desarrollo de nuestra zona,
tantas veces olvidada y en eso sí coincido con los defensores del ATC, no puede
girar en torno a una instalación finalista, que simplemente albergará el
desecho radioactivo producido por las centrales nucleares en otras zonas para
producir una electricidad que no necesitamos.
Destaco que coincido con que
nuestra comarca, nuestra provincia, ha podido estar olvidada una y otra vez,
pero nos distanciamos tremendamente al valorar como positivo que se acuerden
ahora de nosotros. Está claro que esta instalación no había donde llevarla y
alguien pensó “pues a Cuenca, que son pocos”.
Por otro lado he destacado que la
electricidad producida no es totalmente necesaria y podríamos plantearnos un
cierre paulatino de las centrales nucleares y, en ese momento, abrir un debate
serio y basado en una cantidad de residuos definitiva. Informándonos por la red
podemos encontrar que España consumió 45.000W de potencia en su pico histórico,
algo menos del 50% de la potencia instalada. Por lo tanto no se consume, de
manera habitual, ni la mitad de la potencia
que producimos. Hasta el año 2004 España
era un país importador, en valores absolutos, de energía eléctrica. En este
momento esa balanza ha girado a nuestro favor y, hoy por hoy, somos un país
exportador. Por lo tanto la energía eléctrica producida con nucleares no es
imprescindible ni la panacea. La energía nuclear es un negocio y, a futuro,
muerte por acción u omisión.
Aunque volviendo al asunto del
consenso las dudas que surgen son clarísimas. Nadie le ha preguntado a nadie si
está de acuerdo (por lo tanto ni se buscó el consenso así que no puede haberlo);
la decisión la toman unos “muy pocos” aunque afecta a muchísima gente. Lo único
que se ve en la provincia es charlas contra el ATC donde la asistencia de
público vienen superando, en algunos casos, a la población del lugar donde se
realizan; también hemos observado como durante seis jueves consecutivos gente
de la provincia salía a manifestar su rechazo y el número ha superado
ampliamente las mil personas. Alguien puede decir que es poco pero, en primer
lugar, no hemos visto ninguna manifestación tan numerosa a favor y, además, en
pleno invierno sacar a miles de personas a la calle cada jueves a las 19:00
horas no es nada sencillo. Hemos asistido a concentraciones como la de Villar
de Cañas con cerca de cinco mil personas.
Por último comentar que aquellos
que hablan de pérdida de tiempo por manifestarse contra este cementerio, de
inútil porque la decisión está tomada, etc… son quienes saben que esto se puede
parar y que existen muchas posibilidades para ello. Existen ejemplos, no es la
primera vez que se intenta poner un ATC y dan marcha atrás. Incluso puede que
lo intentaran en 1992 en la provincia de Toledo (concretamente en Nombela) y
las manifestaciones (unas 2000 personas, lejos del número que acudió a Villar
de Cañas) consiguieron que no fuera así, tal y como vemos en los periódicos de la época. Por
lo tanto no solo se puede, creo firmemente que lo estamos consiguiendo.
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