lunes, 30 de abril de 2012

La bruja Lola lee el futuro.



Hoy he pasado, una vez más, por la consulta de una vidente, una mujer capaz de ver más allá de los acontecimientos que, a día de hoy, se están desarrollando. La verdad es que nunca confié mucho en que tal cosa fuera posible, ¿cómo podrá ver alguien el futuro?

Pero claro, ya hace varios meses que soy asiduo del despacho mágico de esta señora que, por preservar su identidad y sin ánimo de ofenderla en absoluto, llamaré la bruja Lola. Por cierto que, por más que le he cuestionado sobre dicho personaje, no hay vidente que me ofrezca datos de su paradero.

Mi vidente personal me ha ido informando, puntual y acertadamente, de los resultados que los distintos planes de austeridad que los gobiernos españoles han ido tomando. La verdad es que no falló ni una. 

Primero me informó de que el gobierno anterior, el del Sr. Rodríguez Zapatero, tendría que adelantar las elecciones por lo civil o lo criminal. Parecía que los señores europeos, palabras de Lola, no andaban muy contentos con los recortes titubeantes, aunque recortes al fin y al cabo. “Se pondrán nerviosos y o se va o lo quitan”, me comentó. Así fue. No contenta con eso me predijo el resultado electoral. Ahí tuvimos cierto debate porque yo no tenía tan claro que alguien en quién, según las encuestas, no confiaban más del 60% de los españoles obtuviera la abultada mayoría absoluta que me comentaba Lola. Pero al final y una ley electoral mediante, así fue. 

Mi sorpresa iba en aumento cada día. Yo corría tras acabar mi jornada de búsqueda de empleo para saber qué cosas nuevas sucederían. La anciana me aseguraba que la gente no aceptaría al nuevo gobierno. Estaba convencida de que las medidas que tomarían no gustarían a nadie. Me hablaba de medidas concretas que, principalmente, iban encaminadas a reducir el déficit por la vía del recorte del gasto y, en caso contrario, cargando sobre las clases populares los aumentos de impuestos. 

Yo no podía creer lo que me decía. Interpelaba una y otra vez con ella explicándole que algunas de las medidas que ella destacaba no podían ser tomadas (al menos tan pronto) porque supusieron compromisos electorales. Cada día me alteraba más. No sabía cómo era posible que supiera lo que iba a pasar. Incluso me adelantó, aunque esto lo tome como una chaladura, que entraríamos en recesión y que continuaría aumentando el paro ¿quién iba a creerse tal cosa si estábamos tomando todas las medidas necesarias para evitar eso?

Poco después comenzó a hablarme de recortes en asuntos sociales. En libertades y derechos. Me hablaba de plazas llenas de gente, manifestaciones y huelgas. Me hablaba de jóvenes que permanecerían en la cárcel por motivos poco claros. Lo cierto es que llegaba a turbarme la información que recibía, aunque cada vez me parecía más increíble: las noticias del futuro y que esta mujer fuera capaz de conocerlo.

Pasado un tiempo la anciana adivina falleció pero antes, en su lecho de muerte, me comunicó el secreto para informarme tan precisamente de las cuestiones económicas y políticas de España: mirar las noticias sobre Grecia. Y es que el presente griego es el futuro español. Idénticas medidas, similares consecuencias.

Imagen: http://pepegaln.blogspot.com

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