Tras la aprobación del
Presupuesto General para el año 2012 por parte del gobierno del Partido Popular
y en contra de todos –sí, de todos, de los que estaban en contra de esta
política, de los que la practican en un
sitio y están en contra en otro, de los que tomaban estas medidas y ahora no,
de los que ríen, de los que lloran, de los que se emocionan…- tendríamos la oportunidad de hablar de
cientos de aspectos.
Pero el caso es que hay una
partida, la de I+D+I que sufre un recorte de unos 2000 millones de euros (un
34%) y que, por desgracia, ya conoce está situación de disponer de menos desde
el año 2009.
[MODO IRONÍA ON] Y la verdad es
que son los dos mil millones mejor recortados porque, fíjense bien, no hay
quien sepa para qué sirve un investigador (siempre nos referimos al
investigador científico, si hablamos de un investigador “de letras” la pregunta
sería aún más ofensiva)
Son gente con un atuendo extraño,
con gafas protectoras de sus propias gafas, con una terminología extraña que
causa recelo entre nosotros, la gente normal y corriente que paga su hipoteca y
toma unas cañas en el bar. Suelen rodearse de ellos mismos y los normales
pensamos que es porque se creen superiores. Tienen graves problemas de
adaptación, pero no estamos aquí para juzgar cómo son sino qué hacen.
Esta gente ha vivido siempre del
cuento rodeada de libros y cafés de máquina. Estudiaron en la universidad con
nuestros impuestos donde pasaron cinco años que, a día de hoy, recuerdan como
una nebulosa indescriptible con pequeñas luces entre miles de sombra que
corresponden, habitualmente, a periodos de exámenes. Pero para nosotros, el
trabajador común, no nos parece tan diferente lo que sigue haciendo. Continúa,
con más de 30 años, viviendo de mis impuestos en unos edificios tremendamente
“chulos” donde la gente de a pie no puede entrar. Tienen batas blancas, que acoquino
yo, desayunan riendo en la cafetería de al lado de su trabajo aunque mis
impuestos les construyeron una dentro del edificio, para que no anden. Juegan
con botes, jeringuillas, reactivos y bases para descubrir no sé qué cosas.
Cobran un montón por sus trabajos fijos y no sudan en todo el día. Son una raza
dentro de la nuestra que ha alcanzado su status parasitando a la sociedad y no
devolviéndole más que sus sonrisas y los reflejos de sus gafas. Podría ser
aceptable si, al menos, trabajaran para el ejército y nos ayudaran, con sus
quebrados y formulaciones, a conseguir algún veneno para controlar el mundo:
¡Entonces sí que sería grande España!
Ellos siguen a lo suyo, no
aportan nada que sea interesante. Continúan con sus aceleradores lineales, la
toxicidad de los plásticos, descubren el misterio del yeso, buscan agua por
todo el espacio y vaya a saber en qué más gastan nuestros impuestos.
Por lo tanto es de ley que se
recorte en esto que, seamos serios, no vale para mucho. Total, si hay algo que
descubrir ya lo harán los yankees, los japoneses o los alemanes (por cierto las
malas lenguas comentan que el recorte en este presupuesto viene exigido por
Alemania, imaginen por qué y esta aclaración no es irónica). España tiene que
ser un país de gente seria y trabajadora sin molestas batas blancas. Hay que
trabajar más, fomentar los toros, el sol y la playa subvencionando
chiringuitos. Legalizar el juego, las drogas y la prostitución para que los
europeos “flipen” en su verano en la península. Tenemos que construir hoteles,
casas rurales, paradores, campos de golf, pistas de tenis… lo necesario para
ser atractivos turísticamente. Esto y los trabajos de verdad claro, en los que
se suda. [MODO IRONÍA OFF]
La gravedad de este asunto me
exigía hablar de él de una manera menos dramática porque, en realidad, es uno
de los recortes más injustificados y peligrosos (con muchos otros, lo sé). El
futuro está en el estudio, en la formación, en el I+D+I etc… Recortar en
investigación es recortar en nuestro futuro y condenar a próximas generaciones
a una calidad de vida menor que la que sus padres tienen hoy. Es, además de
todo eso, perpetuar nuestro servilismo ante el señor poseedor del feudo
tecnológico.
Sirva este pequeño escrito como
muestra solidaria hacia los investigadores e investigadoras que perderán sus
empleos hoy al no disponer de líneas de subvención para mejorar nuestro día de
mañana.
Imagen extraída de http://jugandopachangas.blogspot.com
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