Las cuestiones generales siempre
son más fiables a la hora de darnos una perspectiva global de lo que sucede y,
sobre todo, son más cercanas a la realidad y nos sirven como “esqueleto” para
sustentar los hechos puntuales, las acciones concretas, sin perder la óptica de
lo que, en realidad, está sucediendo. Lo que sucede es que, en ocasiones,
algunos hechos concretos son tan interesantes o llaman tanto la atención que
merece la pena hacer una pequeña parada en la construcción histórica de un
relato.
Que Mariano Rajoy haya cambiado
de opinión sobre su línea de crédito en condiciones ventajosas (rescate para el
mundo) en menos de diez días es un hecho insólito que ha conseguido sorprender-enfadar
a propios y extraños. Después de
vendernos las bondades del rescate que nos iba a ofrecer Europa y hago un
inciso para recalcar que no me equivoco en la redacción de esa frase ya que,
según el presi, poco menos que tuvieron que doblegarse las instituciones
europeas, los socios comunitarios y la nueva dama de hierro ante nuestra justa
petición para satisfacernos. Como digo, tras la explicación totalmente falaz de
lo que significaba aquello que nos anunciaban y la bravuconada presidencial,
ahora resulta que esa línea de crédito es nefasta para la economía española,
según Mariano (que todavía es capaz, contra muchos pronósticos, de hacer buena
la broma que lo bautizaba como El Breve). Me ahorraré los cientos de “te lo
dije” que no vienen a cuento y autocito este blog para demostrar que las
mentiras vertidas por el ministro de economía primero y el presidente del
gobierno después eran fáciles de desenmascarar, incluso, por un neófito en la
materia como un servidor (véase “DEMOCRACIA
CONTRA MERCADOS”)
El caso es que esta vuelta de
tuerca nos deja, en mi opinión, tres escenarios y, sinceramente, no sé cuál es
más triste:
1.- Mariano Rajoy y su gobierno
odian a España. No se me ocurre otra cosa para definir la acción de presionar a
Europa para que nos ofrezca un rescate bancario que es nefasto para el país (en
ambos casos utilizo los verbos del presidente). Diría aún más, y es que, incluso
después de esta afirmación, siguen defendiendo que lo pedirán y que será esta
semana. ¿Tiene algún sentido presionar para que te hagan daño? ¿Lo tiene,
acaso, pedir que te hagan daño incluso cuando has comprobado que te duele?
2.- Mariano Rajoy y su gobierno
son marionetas que no conocen en profundidad las medidas que toman. No es un
escenario tan descabellado y, debo añadir, en muchos momentos he pensado, con
este y el anterior gobierno, que esto era así. Puede suceder que los ministros
de Rajoy, incluso él mismo, reciban una suerte de teletipos o llamadas por un
teléfono rojo cuando el receptor era Zapatero, allá por Mayo del 2010, y azul
con Rajoy en la Moncloa y que una voz, probablemente con un fuerte acento
germano, dicte los pasos y medidas a seguir y, aún más, las explicaciones a dar
al pueblo (pocas, por cierto). Esto nos serviría para explicar porque tienen
que decir y desdecir en cuestión de días, prometer e incumplir por momentos y,
para este caso, porque un presidente y su ministro descubren que una medida
económica es mala 10 días después de tomarla y, ahí es nada, defenderla como
una especie de lotería a la europea.
3.- La tercera opción es la de
que nos mienten descaradamente con fines partidistas. Es otra posibilidad que
va íntimamente unida a la segunda, y es que puede ser que tomen las medidas que
les dicen que son buenas (no entro en si lo hacen a gusto o a disgusto,
sabiendo o no lo que hace, etc…) o que favorecen a ciertos grupos de poder y ellos,
después y en clave nacional, envuelven toda la política en una lucha continua
en los medios de comunicación, carente de globalidad y altura de miras y sujeta
a un cancerígeno social llamado “ahora” que hace que cualquier mentira, error,
salida de tono… sea olvidado con la mentira, error o salida de tono de mañana.
Cómo sino puede alguien explicar lo tajantes que fueron, por ejemplo, con el
tema del IVA hace pocos meses y que hoy esté sobre la mesa (sino aprobado a
falta de ver cuando nos lo dicen… apuesten por la final de la Eurocopa o por el
día siguiente de caer España eliminada) o, por ser más concretos y ceñirnos al
tema, cómo se puede mentir tan claramente a la ciudadanía sobre el rescate
sabiendo que, tal y como sucedió, iban a ir desmintiéndote no los políticos de
la oposición, sino todos y cada uno de los representantes del contubernio
europeo, FMI, etc… Es increíblemente
vergonzoso.
Dicho todo esto uno solo puede
sentarse a escuchar el transistor y ver cuál será la mentira, exageración,
error o salida de tono que acabará con esta. No sean impacientes, llegará más
pronto que tarde. Por cierto, y corro el
riesgo de estropear el bonito final radiofónico, ¿alguien se acuerda de que la
ciudadanía lo sigue pasando muy mal? ¡No, solo por estar seguros que nos tienen
apuntados en su lista de cosas por hacer!
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