Empieza a ser más que mosqueante
la actitud de algunos políticos, empresarios, etc… hacia las personas que, por
desgracia, nos encontramos en situación de desempleo. Las continuas referencias
al supuesto “acomodo” del parado, vagancia, etc… con las que suelen despacharse
diariamente, además entre una estúpida sonrisa del que no tiene ni una lejana
idea de lo que habla, es tremendamente molesta para quién, aún siendo su mayor
deseo, no puede encontrar un trabajo.
Un día es que los parados se
gastan las ayudas en teles de plasma, como comentó la diputada en las cortes
valencianas Pilar Sol. Destacable es, sin duda, el perfectamente vocalizado
“que se jodan” de la indigna Fabra. Uno cree que se ha terminado la humillación
pública pero no, y tiene que escuchar a no sé qué representante de los
empresarios (cada día es uno con una cantinela que suena parecida) poniendo en
duda que los parados busquen empleo o destacando un perfil de “parado acomodado
que vive del estado.”
Todo esto lo dicen personajes que
puede que ganen en un día lo que supone todo el subsidio que reciben en un mes
familias enteras -426 euros- Eso las
familias que lo cobran. Personajes que, por sus cargos, son directamente
culpables del agotamiento de las cuentas públicas (ya sea por acción u
omisión).
Son los políticos que dan el
dinero de la ciudadanía a las entidades privadas (principalmente bancos), han
despilfarrado a su gusto durante años y han permitido, en el peor de los casos,
consentir convertirse en una casta que gobierna por y contra el pueblo. Son los mismos que han despedido y humillado
a miles y miles de trabajadores públicos, culpándolos de la crisis, enviando al
paro a miles y miles de jóvenes, formados y preparados, mientras un soniquete
de declaraciones les decía, a la vez que se apuntaban al desempleo, que “nadie
ha sido despedido.”
Son los altos ejecutivos de los
bancos, las sociedades de rating o directores del Pozo sin Fondo Monetario
Internacional, BCE y demás siglas ininteligibles que dictaminan, a diario, a
cuantos vagos más hay que mandar a la cola del INEM para mantener sus
privilegios. Sus yates y vacaciones están sustentadas en el sufrimiento de la
ciudadanía a la cuál desprecian y humillan públicamente.
Son los malos empresarios, y
normalmente más sus representantes, que cuadran sus cuentas de resultados y sus
dividendos a cambio de mandar a miles de personas al otro lado del umbral de la
pobreza.
Todos ellos, puestos dicho sea de
paso por ciudadanos serviles, viven como dios, son culpables directos del
desempleo y se mofan de las personas que no saben que cuentas hacer para poder
encender la calefacción. Que no encuentran las palabras para explicarles a sus
hijos que, este año, los reyes no son ni los padres. Que ven sus títulos
podrirse en el armario mientras siguen acercándose, con la cabeza gacha –haya o
no motivo,- a pedir alimentos a la cruz roja y a los servicios sociales (a los
que quedan).
Creo que es vaciar el salero en
la herida del parado y no debería consentirse, Santo Tomás, ni una vez más.
Imagen extraída de: http://mameluko.blogspot.com.es/2009/01/una-y-no-ms-santo-toms.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario