La mayoría absoluta del PP en
el parlamento nacional ha aprobado el anteproyecto de la Ley de Seguridad
Ciudadana para proteger a nosotros mismos, a la ciudadanía. Me parece bien e
invito a aprobar otras leyes que protejan a las y los ciudadanos de los que
aprueban leyes como la Ley de Seguridad Ciudadana.
Por ejemplo, propongo se
apruebe la LSES (Ley de Seguridad Económica). Dicha Ley obligaría a que los
dirigentes que tomen medidas económicas tengan que padecerlas, no pudiendo, en
definitiva, eliminar financiación de servicios públicos que, a la postre, ellos
no utilizan porque encuentran en la oferta privada el mismo servicio pero más
de su agrado. O, por poner otro ejemplo, no podrían aprobar leyes que dieran el
dinero de todos a unos pocos ni, por supuesto, que lo quitaran de servicios o
partidas de las que se aprovechan la amplia mayoría para ponerlo en manos de la
inmensa minoría. Por supuesto, no podrían aprobarse leyes que supusieran o alentaran desigualdad económica.
No estaría mal una LPDH (Ley de
la Protección de la Dignidad Humana). Esta Ley nos protegería de tener que
dormir en el parque (acéptese banco, cajero o cualquier otra superficie fuera
de una vivienda). Nos protegería de tener que coger a nuestras hijas e hijos y
abandonar una vivienda desahuciados. Sería imposible, una vez aprobado el
mandato, que una familia no pudiera ducharse con agua caliente o no tuviera luz
porque le “hayan vendida mal dadas”.
Más simple en su abreviatura
pero tremendamente importante: la LJ (Ley de Justicia). Los gobernantes no
podrían influir en la elección de los jueces que, a la postre, tendrán que
juzgarlos. No podrán dichos gobernantes, a su vez, enmendar la plana a la justicia
cuando el condenado sea de esa inmensa minoría que recibe indultos. Por último,
aunque son solo ejemplos, no podrían nuestros protectores protegernos de la
justicia eliminando, que sé yo, pruebas que pudieran esclarecer delitos.
LI (Ley de Igualdad). Esta es
más sencilla que ninguna: nadie puede estar por encima de ninguna Ley, en
ningún caso.
Quizás aprobando estas cuatro leyes
(con su amplio desarrollo que sobrepasa las cuatro ideas esbozadas aquí) posiblemente,
y solo posiblemente, nos diéramos cuenta que la Ley de Seguridad Ciudadana se
hacía innecesaria. En caso contrario, no me cabe duda que los actuales
gobernantes defensores de la antítesis de estas normas básicas necesitarán una
Ley como la que hoy han puesto en marcha y terminarán aprobando. Ahora, también
tengo claro que esta Ley no busca la protección de ningún ciudadano… bueno sí,
de la inmensa minoría que busca no escuchar a la amplia mayoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario