La decisión de Alberto Fabra (PP) de cerrar a cal y canto el ente público de Radio Televisión Valenciana deja varias cuestiones muy claras.
- La primera de ellas es que se van a la calle 1300
emplead@s. Esa es, sin duda, una de las cuestiones más graves y que, si no hay
marcha atrás, supondrá el engrosamiento de las listas del paro y otras tantas
familias que se unirán a las ya (muy) preocupadas por esta cuestión.
- La segunda es un aviso a navegantes: nuestras decisiones
no se tocan. El gobierno regional había decidido, como seguro los informados
lectores de este blog sabrán, un ERE que afectaba a un millar de trabajadores y
trabajadoras de RTVV. Una vez anulado dicho expediente de regulación por parte
del juez y la instancia correspondiente, el gobierno del Partido Popular
redobla la apuesta y echa el cierre, expulsando al desempleo no al cerca de
millar de personas, sino a la totalidad de la plantilla: sin negociación, sin
tiempo para meditar, sin estudios económicos (por ejemplo, podría ser viable,
según las propias cuentas del PP valenciano, mantener la radio valenciana),
etc.
- La tercera cuestión se alarga un poco más en el tiempo y
da nombre a esta modesta y ligera opinión: Valencia está, al menos, como
Grecia. Recordar que el precioso país heleno cerró hace unos meses también su
televisión pública. La comunidad valenciana, gobernada por el Partido Popular
desde 1995, es de las peores gestionadas, a tenor de los elementos que la
prensa nos ofrece, de toda España.
Los servicios sociales, según los datos
públicos que son fácilmente localizables, son los más pobres de España,
teniendo un gasto medio por habitante más bajo que todas las demás comunidades.
Pero, en cambio, es una comunidad ultra endeudada, incapaz de mantener esos
paupérrimos servicios sociales, que ha tenido que ser rescatada por el resto de
los españoles y que tiene que tomar este tipo de medidas que pone sobre el
tapete una crisis difícilmente superable sino es con ayuda de todos los demás.
El Partido Popular ha mostrado aquí dos cuestiones:
1.-
El endeudamiento no es exclusivo de uno u otro partido, sino de gestores
nefastos incapaces de alcanzar su mirada más allá del corto plazo y de las
siguientes elecciones municipales, regionales o nacionales.
2.-
El endeudamiento no es igual en todos sitios aunque tenga los mismos
porcentajes. Mientras en algunas comunidades se daban libros gratis al
alumnado, en Valencia se recibía al Papa con grandes fastos (su marcha llevaban
los organizadores, como se ha conocido después). Mientras en algunas
comunidades las sustituciones en educación o la cartera de servicios de la
sanidad eran rápidas, en el primer caso, y amplias, en el segundo, en la
Comunidad Valenciana Bernie Ecclestone veía correr sus F1 por un circuito
urbano creado ex profeso para dicho evento. El dinero de los contribuyentes
puede traer la Copa América o, por el contrario, revertir a la ciudadanía (algo
que no pasaba en Valencia como demuestra este gráfico sobre servicios sociales:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/26/actualidad/1332764915_656738.html
)
Por lo tanto, sería interesante que algunos políticos de
este país, y de ciertas comunidades, del color que sean, se abstengan de
decirnos a la ciudadanía quién tiene la culpa de la crisis, quién ha vivido por
encima de sus posibilidades y, sobre todo, que no se vendan como la solución y
que no nos expliquen a los demás cómo salir de este embolado. No sé si sabremos
cómo se sale, cada uno tendremos nuestras recetas, pero sí podemos saber
quiénes han sido los que nos han metido en esta situación y quiénes no nos van
a sacar.
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