Las palabras de la Señora Mónica
de Oriol han levantado polvareda en los medios de comunicación y en las redes
sociales. Ella propone una especie de segunda Reforma Laboral, se ha olvidado
que llevamos dos en pocos años, que reduzca el salario mínimo a los jóvenes sin
formación porque, según sus palabras, hay que pagarles el mínimo actual “aunque
no sirvan para nada” Me resulta curioso, en primer lugar, que las empresas de
la susodicha contraten a personas que no sirven para nada aunque, por otro
lado, no me sorprende tanto si eliminamos esa degradante afirmación de la
ecuación. No es raro que quiera pagar menos a los trabajadores y trabajadoras que
ya tiene o que vaya a contratar aunque sí sirvan para reportarle a ella
beneficios.
No conforme con pedir una segunda
reforma laboral para exprimir más a las y los trabajadores y de insultar
gravemente a un colectivo concreto (jóvenes sin formación), se olvidó, en sus
soluciones mágicas y maravillosas (que ya veremos si no decide un día cercano
tomar nuestro gobierno) que un alto porcentaje de los jóvenes parados, o
trabajando menos de una jornada completa y con contratos basuras, sí están bien
(por no decir excelentemente) formados. ¿Qué hacemos, sra. De Oriol, con los
jóvenes que sí han estudiado y que inundan las listas del INEM? No sabe, no
contesta, a ella lo que le interesa es tener mano de obra barata y la busca en
un colectivo concreto. Incluso, puestos a elucubrar como hace ella (aunque seré
más respetuoso, espero), me atrevería a decir que está encantada con ese
colectivo que, ciertamente, abandonó los estudios para trabajar en la
construcción, con la que se forraron muchos como ella y no cobrando “1000 o
1500 euros” pero que, todavía hoy, “son los reyes del mambo... e invitan a todas
las niñas”. Digo que está encantada porque, acabado el boom de la construcción,
es necesario ese ejército de trabajadores que harán que, gracias a gobiernos
cómplices, mantengan sus fortunas y ritmo de vida a costa de los de siempre.
Pero, ¿usted para qué sirve? Pues
no lo sé a ciencia cierta, reconozco falta de documentación sobre la susodicha,
pero sí parece que no es especialmente fina en la dirección de empresas
dedicadas a la seguridad. Algo así diría, quizás con algún menosprecio o insulto
entre medias, una persona con su lengua al conocer que es la presidenta y
principal accionista de Seguriber, la empresa que vigilaba el Madrid Arena en
la fiesta de Halloween en la que fallecieron cinco jóvenes.
No sé si se percata de lo fácil
que sería coger un micrófono y decir, sin más valoración y atendiendo única y
exclusivamente a la defensa de los intereses de una minoría, que usted habla
desde el púlpito de una marquesita (fue esposa del III marqués de Perinat -Luis Guillermo Perinat y Escrivá de Romaní-)
y que nunca tuvo que dejar de estudiar para ir a la obra (ganara o no para “invitar
a las niñas” o los niños). Porque usted viene de otra parte, no valoraré yo si
mejor o peor. Bisnieta del fundador de
la compañía ferroviaria Talgo, sobrina del recién fallecido ex presidente de
Iberdrola, hija del reconocido arquitecto Miguel Oriol y casada, como se
imaginan en segundas nupcias, con Alejandro Aznar. De verdad cree saber lo que
puede suponer ganar el salario mínimo (o menos si de usted dependiera) para
jóvenes (hasta 30 años) que pueden tener hipotecas, casas que mantener, hijos
de matrimonios con alguna de “las niñas” invitadas que, obnubilada ante el
despliegue de medios económicos del joven, gracias a su sueldo de 1000 o 1500
euros ganados no sé cómo ni por qué (ya que Oriol los conoce y estima que “no
valen para nada), cayó loca de amor en sus brazos.
Pero eso ya, lo de cómo vivirá ese joven con las cargas descritas, lo
dejamos para una segunda remesa de declaraciones. Por ahora, para lo que sirve,
es para defender al Círculo de Empresarios que preside y, por ende, para hacer
fuerza en el camino a la cuasi esclavitud de sus trabajadores y trabajadoras en
aras de su beneficio económico, del beneficio empresarial a costa de todo y de
todos.
Los entrecomillados, salvo que se exprese lo contrario, están extraídos de las declaraciones de Mónica de Oriols que motivan este artículo (que no sirve para nada).
En efecto, hay gente que no sirve para nada: por ejemplo Vd. que solo sabe explotar a los trabajadores hasta dejarlos en la miseria. Como empresaria debería estar en la cárcel: su trabajo en los sucesos de Madrid Arena fueron una desgracia. No voy a decir lo que haría con Vd. soy mas educado
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